26/8/07

Recuerdos de un amor...

Hoy recuerdo cuando compartíamos

aquellos hermosos y gratos momentos,

pero ahora, ya no somos los mismos…

tú y yo estamos tan lejos.


En los días de verano, el sol te alumbraba;

mientras yo conversaba, tú me sonreías…

aún recuerdo tu mirada, aún estás en mi vida.


No sé quién te acompañe ahora,

no entiendo por qué me fui de tu lado…

será que no reconocí en nuestro pasado

lo mucho que amaba tu persona.


Mientras callaba, mi corazón te soñaba;

¡Cuánto soporté el no decirte ni una palabra!

Y ahora mírame… ¡Mis palabras ya no bastan!


Sólo me queda la nostalgia de aquellos días

y una memoria que evoca nuestra alegría,

mientras que susurro al viento tu nombre

y sólo el silencio, compadecido, me responde…


Espero llegar a verte de nuevo,

al rayar el sol, cantaré discreto nuestra canción;

y miraré el azul del cielo... ¡Ése será mi último adiós!

19/8/07

El sendero de la humanidad

Cuando viajo a través de los caminos

y soy testigo de la humanidad entera,

realmente pregunto si existe el destino

que realice el sendero de cada persona en la tierra.


Alguien se sienta a mi lado, callado

no intento voltear a mirarle… ¡Ni hablarle!

Sólo puedo ver su reflejo en el vidrio radiante

y su mirada me ausculta como meditando.


¿Qué tendrá la gente que desconfía tanto?

Quizás nuestros tiempos son peores que antes;

puesto que si ahora hay más avances,

parece que no tuviésemos poder de comunicarnos.


Definitivamente ya no somos los mismos,

algo cambió en nuestro destino;

aunque talvez el hombre fue fiel testigo

del cambio que sus manos forjaron consigo.


No sé si podemos “desviar” nuestro camino,

muchas veces me lo he preguntado;

pero lo que si sé que es necesario

es que debemos cambiar al ser humano.

13/8/07

Competencia para un mundo feliz

En este mundo vivimos en competencia,

todos participamos de una lucha intensa,

pues el hombre es ser que tiende a superarse

porque tiene deseos de salir siempre adelante.


Pero lo criticable de aquel glorioso anhelo

son los medios que usa para llegar a la meta,

basta con nombrar la envidia que lleva dentro

y el vil deseo de ver caer en su conciencia.


Se ríe talvez de la desgracia ajena,

mientras que otros sollozan su triste derrota;

y la lucha colma la paciencia, gota a gota,

hasta escasear los reductos de una vaga pena.


Ya no existe lo que se consideraba clemencia,

se dice que es el precio que se paga por la exigencia.

A veces pienso que cometemos actos inhumanos,

pero en ciertas ocasiones no sé si considerarlo.


¿Qué sabemos nosotros de ser perfectos?

Acaso fuimos diseñados para lograr serlos,

no sé si es la excusa para continuar la lucha

o si la reflexión perfecta para detenerla.


Talvez las condiciones resultan ser injustas

y nos empeñamos en una decisión con dudas,

infundadas en el mal manejo de potencias

o en un menor desarrollo de las diferencias.


Para mejorar no deberíamos utilizar sacrificios,

como si algunos tuvieran más derechos que otros;

considero que deberíamos trabajar siempre unidos

y desarrollar igual un mundo para todos.


No es difícil si trazamos con seguridad el objetivo

de alcanzar a largo plazo el próspero ritmo

a la que la humanidad saca el máximo provecho

de las habilidades que se nos dio como privilegio.


Y si el paraíso existe, hagámoslo aquí;

pues bien dijo un sabio en el pasado

que el humano puede y debe ser feliz,

actuando en base de sus buenos pasos.


Así que estamos listos para el reto

¡Somos capaces de alcanzar nuestros sueños!

¡Vamos hacia adelante compañero!

Que nuestra lucha comienza con mejor sendero.

5/8/07

Estaciones del ánimo

¿Te has preguntado cómo al transcurrir el año

cambian las personas su estado de ánimo?

Para sobrevivir día a día la vida

y existir con felicidad y alegría.


Empezamos con caluroso y radiante verano,

con la energía del sol dentro de todos;

y una sonrisa fresca adorna los rostros

mientras el mar y la arena se toman la mano.


Yo atravieso las aguas de la playa

y la brisa me fortalece el alma entera,

pareciera estallar en vivas llamas

que resplandecen una gratitud sincera.


Continuamos con templado y pálido otoño,

talvez nuestro cuerpo toma un reposo.

En casa vemos caer las hojas de un árbol

y deseamos reponerlas con nuestras manos.


A veces la lluvia cae durante la noche

y la luna nos ríe con cierto reproche,

las estrellas brillan relucientes a lo lejos

y los buenos momentos se graban en recuerdos.


Luego llega el frío y sombrío invierno,

a veces nieve blanca adorna las casas,

los abuelos relatan cuentos a sus nietos

alrededor de una cálida y tierna fogata.


Abrigos lucimos al salir afuera

y es tiempo ideal para las visitas

¡Bienvenida la cena de toda la familia!

¡Es hora de contarnos la vida entera!


Y llega al fin una jubilosa primavera,

con flores y fragancias en los campos,

nos brinda la mejor época del año:

cuando encuentras la compañía perfecta.


Sobran luces y colores por las calles

y la sociedad alberga los parques.

En los bosques renace la naturaleza,

así como la armonía gobierna la Tierra.


Y bueno, ahora ya lo sabes

¿En qué época del “ánimo” te encuentras?

Eso sí, siempre debes tener en cuenta

que eres tú quien decide lo que hace.