13/8/07

Competencia para un mundo feliz

En este mundo vivimos en competencia,

todos participamos de una lucha intensa,

pues el hombre es ser que tiende a superarse

porque tiene deseos de salir siempre adelante.


Pero lo criticable de aquel glorioso anhelo

son los medios que usa para llegar a la meta,

basta con nombrar la envidia que lleva dentro

y el vil deseo de ver caer en su conciencia.


Se ríe talvez de la desgracia ajena,

mientras que otros sollozan su triste derrota;

y la lucha colma la paciencia, gota a gota,

hasta escasear los reductos de una vaga pena.


Ya no existe lo que se consideraba clemencia,

se dice que es el precio que se paga por la exigencia.

A veces pienso que cometemos actos inhumanos,

pero en ciertas ocasiones no sé si considerarlo.


¿Qué sabemos nosotros de ser perfectos?

Acaso fuimos diseñados para lograr serlos,

no sé si es la excusa para continuar la lucha

o si la reflexión perfecta para detenerla.


Talvez las condiciones resultan ser injustas

y nos empeñamos en una decisión con dudas,

infundadas en el mal manejo de potencias

o en un menor desarrollo de las diferencias.


Para mejorar no deberíamos utilizar sacrificios,

como si algunos tuvieran más derechos que otros;

considero que deberíamos trabajar siempre unidos

y desarrollar igual un mundo para todos.


No es difícil si trazamos con seguridad el objetivo

de alcanzar a largo plazo el próspero ritmo

a la que la humanidad saca el máximo provecho

de las habilidades que se nos dio como privilegio.


Y si el paraíso existe, hagámoslo aquí;

pues bien dijo un sabio en el pasado

que el humano puede y debe ser feliz,

actuando en base de sus buenos pasos.


Así que estamos listos para el reto

¡Somos capaces de alcanzar nuestros sueños!

¡Vamos hacia adelante compañero!

Que nuestra lucha comienza con mejor sendero.

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